Ehh... mi información... según esto

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D.F., Mexico
Intentaré ser lo más exacta posible, pero con tan poco espacio no prometo nada, jaja, vean, sólo puedo poner 1200 carácteres, y, escribo tanto, tengo tantas cosas que decirles que simplemente no me caben, jaja Esta bien, les diré que me gusta leer, algo demasiado obviooo, también escribir, jaja, y... me gusta... el helado, aahhh, sobre esto, tengo que decirles que soy un helado de uva karateca, jaja, y además sepó(no hay otra forma de escribirlo) rico, jaja, y también me gusta reirme de todo, comer chocolate, pastel y cantar, bambambam barararararara, y así mientras bailo, jajaja Por último!!! deseo ser vagabunda o trotamundos, jaja, aunque lo segundo suena más bonito, así que me gustaría que me regalaran un bastón negro para cuando ejerza mi profesión o unos tennis-botas con suelas enormes para poder subir montañas y vadear rios, jaja

5/10/08

Ciudad del Este IV

Estaba agazapada detrás de unos tambos de basura, nadie podía verme. Estaba oculta. La cabeza me daba vueltas, un dolor punzante e intermitente me recorría todo el cuerpo…
Necesitaba hacerlo, era la única forma de olvidar el dolor, de ser feliz de nuevo, de dejar de sufrir…
Intenté ocultarme más detrás de los botes, sería imposible verme, la callejuela era pequeña y casi inaccesible, además ya estaba oscureciendo.
Tomé el espejo y lo dejé con cuidado en el suelo, luego tracé tres líneas de coca, acerqué el espejo a mi nariz y aspiré con fuerza una línea, luego otra y otra.
La nariz me sangró un poco, la tenía muy delicada, a veces la hemorragia no se detenía y ellos se daban cuenta y me encerraban otra vez en el edificio de paredes blancas, y no me daban coca… pero yo era más lista, había formas de escapar…
Sonreí. Luego todo fue muy confuso, como siempre… pero… pero yo flotaba

Amanecía. El sol se filtraba a través de mi largo cabello negro, me lo aparte de la frente y me incorporé. Deseaba comer un poco, mi estómago lanzaba gruñidos constantes y sentía un gran, gran hoyo.
Recogí el periódico sobre el que había dormido y lo guardé dentro de la bolsa.
Después salí de la calle.
Había gente en las aceras. Gente que me miraba feo, hacía caras de asco o se daba la vuelta al verme, algunos fingían que yo no estaba allí, que no existía…
Apestaba. Lo sabía. Pero no podía hacer nada.
Busqué en mis bolsillos cuanto dinero tenía… no mucho, tal vez lo suficiente para un pan caliente
Compré una dona en un puesto ambulante y caminé hacía mi casa, ahora tendría que hacer todo el camino a pie, me había quedado sin un cinco.
La dona sabía deliciosa, estaba grasienta y llena de chocolate. Perfecto.
Continué caminando. Conforme pasaba el tiempo el sol pegaba más fuerte. Intenté apresurarme, pero los pies ya me dolían y tenía sed.
Aún así estaba contenta, había logrado escapar otra vez… ellos eran unos estúpidos… estúpidos, estúpidos, estúpidos comencé a tararear. La gente se me quedo viendo de forma extraña. Quizás lo había dicho demasiado fuerte… fuerte, fuerte, fuerte…
Mi tiré sobre el pavimento. No podía caminar más… no quería caminar más.
Además… no había prisaaaa… y tenía sueño…
Miré alrededor… había… mmm.... unas…. calles pequeñas…. tal vez podría… otra vez… dormir ahí… pero… mejor caminaba…. no podía faltar mucho.
En fin…. seguía caminando, paso tras paso… paso tras paso… uno dos, uno dos, uno dos…
Ahora tenía sed, hambre, sueño y necesitaba más coca, el efecto había comenzado a pasarse
Un niño había resbalado sobre el pavimento… era un niño tan torpe… sangre… la sangre se deslizaba por su barbilla y dejaba grandes manchas oscuras en su playera… sangre… yo… sangre… el recuerdo se habría paso por mi mente… sangre… dolor… habitación… grité, aullé de dolor, ¡¡¡no deseaba recordar!!!, ¡¡no, no, no!!, mil veces no, sólo deseaba olvidar… sólo eso…
Caí de rodillas sobre el pavimento y empecé a sollozar, mi cuerpo se convulsionaba…
Después… las imágenes frescas en mi frente… todo lo que había sufrido y de alguna manera inconsciente había bloqueado hasta ese momento. Quizás esperando el momento preciso.
Me levanté del pavimento, la gente me miraba alarmada, algunos con compasión, pensando que yo estaba loca… pero no lo estaba
Mis zancadas se volvieron más rápidas, no los pasos vacilantes de antes, que titubeaban a cada momento, ahora sabía por fin lo que quería. Sabía que deseaba hacer…

Llegué a mi casa… o departamento. Subí las escaleras del edificio de dos en dos y después metí la llave en la cerradura. Estaba igual que antes.
El lugar destartalado, con muebles baratos y ya casi inutilizables, las paredes con manchas indefinibles y el suelo gastado.
La TV era vieja y casi no se veía, a veces servía un poco y después la oscuridad invadía la pantalla hasta que era toda negra. También había un radio que funcionaba cuando quería y un teléfono de adorno, sin línea.
El colchón tenía hoyos por doquier y estaba medio destartalado, el relleno se le salía por un extremo y la superficie era irregular
La cocina estaba sucia. Unas cucarachas caminaban encima de los trastes todavía cubiertos con desperdicios de comida ya podrida y que ahora era una masa dura y compacta.
Había larvas en la poca comida del refrigerador.
Caminé hasta el baño, deseaba ducharme, dejar de apestar.
El baño se había desbordado y un gran charco de aguas negras rodeaba el retrete… pero la ducha estaba bien, no tenía nada anormal.
Me quité la ropa rápidamente y la arrojé al cesto de la basura.
Abrí la llave. El agua cayó con un ligero tinte marrón, pero después se fue aclarando. Me metí. Estaba fría y afuera anochecía.

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