Ehh... mi información... según esto

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D.F., Mexico
Intentaré ser lo más exacta posible, pero con tan poco espacio no prometo nada, jaja, vean, sólo puedo poner 1200 carácteres, y, escribo tanto, tengo tantas cosas que decirles que simplemente no me caben, jaja Esta bien, les diré que me gusta leer, algo demasiado obviooo, también escribir, jaja, y... me gusta... el helado, aahhh, sobre esto, tengo que decirles que soy un helado de uva karateca, jaja, y además sepó(no hay otra forma de escribirlo) rico, jaja, y también me gusta reirme de todo, comer chocolate, pastel y cantar, bambambam barararararara, y así mientras bailo, jajaja Por último!!! deseo ser vagabunda o trotamundos, jaja, aunque lo segundo suena más bonito, así que me gustaría que me regalaran un bastón negro para cuando ejerza mi profesión o unos tennis-botas con suelas enormes para poder subir montañas y vadear rios, jaja

6/4/08

¿Pesadilla u.. otra cosa?

Estábamos viendo el televisor.
Me encontraba acostada sobre el sofá, con el pijama ya puesta y lista para irme a dormir, solo deseaba que acabara el programa, el final me mantenía en vilo.
Mi hermana menor estaba sentada sobre el suelo…, la observé por un momento, miraba tan absorta el programa que se olvidaba de parpadear, su cuerpo estaba crispado, tenso, a la expectativa de lo que sucedía en la película.
Un ruido me sobresalto, ¡maldición!, había permanecido unos minutos vagando en mis pensamientos y contemplando de forma inconsciente a mi hermana, me había perdido un trozo de la película…, y tanto que me había empeñado en no acostarme temprano para terminar de verla
Volví a prestar atención a la pantalla, y la serie me subyugo. Tanto que los segundos se fueron transformando paulatinamente en minutos y antes de que me diese cuenta ya era inusualmente tarde… los ojos se me cerraban del sueño y Paula, mi hermana, no se encontraba mejor, daba cabezadas de vez en cuando, y pensé que lo mejor era irnos ya a dormir, ni siquiera le podía prestar atención al televisor…
Me levante del sofá y caminé hacía Paula…
-Paula… hay que ir a dormir, ya es tarde… vamos Paula- mi voz sonaba terriblemente adormilada y gutural, desee estar ya en la cama.
-No… todavía no…, deja que termine, please
-Pero, Paula, ya ni le estas prestando atención, ándale, vamonos ya a dormir…
-Vete tú-dijo, ya completamente despierta, nuestra pequeña plática solo la había sacado de su sopor y ahora sería imposible convencerla para que se fuese a dormir. Así que, casi completamente resignada, volví a recostarme sobre el sofá, además ya no podía faltar tanto para que acabase…
Por fin, después de casi una hora más la mugrosa película acabó, y ella, Paula, casi cayéndose del sueño se fue a la cama, tipo sonámbula, estrellándose con todo y dando traspiés de vez en cuando, y si yo no hubiera estado en el mismo estado me hubiera muerto de risa, lástima que estaba igual o peor que ella
Entramos al cuarto y ella se acostó rápidamente, sin preocuparse por taparse con las cobijas u otras nimiedades, yo me subí a la parte superior de la litera.
Me arrebujé en las cobijas y caí dormida de forma instantánea.


-Talía, Talía, recoge las cobijas…
Abrí los ojos, soñolienta, la voz sonaba tan lejana…. mi vista era confusa, solo veía sombras y contornos, palpé con las manos la superficie de la cama y vi que solo estaba la sábana, había tirado las cobijas… ¡oh maldición!, me desplacé por la cama, todavía adormilada…, todo era tan extraño…, llegué al borde de la cama, el sueño me invadía y me sentía débil, débil…
-Talía… las cobijas
Las jale, estaban al borde del lecho, solo una ínfima parte se encontraba sostenida… intenté abrir más los ojos, aclarar mi visión…, pero no, parecía imposible, seguía sin saber que sucedía… y el sueño, el maldito sueño que no me dejaba en paz…
Tiré de las cobijas, pero eran demasiadas pesadas… y yo no podía…, tiré un poco más fuerte, pero no… y entonces lo vi…. era un vago e indefinido contorno en la cama, parecido a un cuerpo humano, estaba sentado sobre la cama... y me miraba, supe que aquella cosa me miraba… pero yo tenía tanto sueño…


-Talía, vamos ya levántate, ya es tarde…
-Un segundo mamá
Me estiré, tratando de despejar mi mente. La claridad del día se filtraba por mis parpados, así que abrí los ojos y me los froté fuertemente… debía despertar, hoy era un día importante… hoy lo vería a él.
Ya completamente despierta arrojé las cobijas a un lado y me bajé de la litera… y entonces recordé que… anoche? o cuándo había sido?, fue un sueño?, o fue otra cosa?, ya no entendía nada… di un resoplido de frustración... pero... las cobijas, yo no…, yo no había levantado las cobijas!, eso si lo recordaba, como pesaban las cobijas, y hoy, ahora, en la mañana!, había estado sobre mí…¡oh por Dios!, palidecí, intentando controlar el abismo de recuerdos que se abalanzaban contra mí, impidiéndome respirar y pensar lo que hacía…
-¡Mamá!-grité y aunque intente que mi voz no sonora escandaliza y un poco angustiada, fue exactamente como sonó.
-¿Qué pasa Talía?- su voz tenía un tinte poco molesto, irritado, tal vez de que la molestara cuando se encontraba tan apurada…, pero yo necesitaba saber, era necesario que supiera si ella realmente…
-Mamá… -no contesto- mamá, tú… en la noche, me dijiste… ¿qué recogiera mis cobijas?
-¿Yo?, Talía… estás loca, yo nunca te dije nada- Y fue en ese momento, en ese preciso momento que un sudor frío comenzó a salir de todos mis poros, mientras en mi interior una llamarada de fuego me abrasaba las entrañas.
-Mamá… ¿estás segura?, vamos intenta recordar…
-Talía, no estoy jugando, te dije que no, además ya apúrate, hay muchas cosas que hacer hoy- pero eso para mí ya no tenía importancia, solo alcanzaba a recordar esa cosa que había visto, esa vaga sombra de un ser humano que había estado a unos centímetros de mí…
Un temblor incontrolable se apodero de mi cuerpo… pero esa cosa sabía mi nombre, ¡sabía mi nombre y hablaba como mi mamá!, ¡oh por Dios!, ¿qué era?
Salí al pasillo y vi que la puerta que daba al patio estaba abierta…
-Mamá…
-¿Ahora qué Talía?
-La puerta, mamá… ¿porqué esta abierta?
-Ahh eso… tú papá olvido cerrarla cuando llego, en la noche… supongo que ustedes ya estaban dormidas cuando él llego…, pero Talía, por Dios, ¿por qué estas tan pálida?... ¿qué te pasa? ¿Te sientes mal?
-Creo… creo que voy a vomitar…

Y vomité.

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