Ehh... mi información... según esto

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D.F., Mexico
Intentaré ser lo más exacta posible, pero con tan poco espacio no prometo nada, jaja, vean, sólo puedo poner 1200 carácteres, y, escribo tanto, tengo tantas cosas que decirles que simplemente no me caben, jaja Esta bien, les diré que me gusta leer, algo demasiado obviooo, también escribir, jaja, y... me gusta... el helado, aahhh, sobre esto, tengo que decirles que soy un helado de uva karateca, jaja, y además sepó(no hay otra forma de escribirlo) rico, jaja, y también me gusta reirme de todo, comer chocolate, pastel y cantar, bambambam barararararara, y así mientras bailo, jajaja Por último!!! deseo ser vagabunda o trotamundos, jaja, aunque lo segundo suena más bonito, así que me gustaría que me regalaran un bastón negro para cuando ejerza mi profesión o unos tennis-botas con suelas enormes para poder subir montañas y vadear rios, jaja

17/12/07

¿Qué pasó anoche?


-¿Rodrigo?- pregunto una voz

Al voltear me encontré con una joven mujer vestida de negro y con mirada penetrante, la cual se suavizó al observar detenidamente mis facciones.

Debido a la poca iluminación, al escandaloso resonar de la música, a las copas invitadas y a la cantidad tan inconcebible de chicas que conocía, me fue difícil identificarla entre las imágenes que se arremolinaban en mi mente.

-¿María?- dije, rogando por que se llamará así

-¿Ya no me recuerdas verdad?-pregunto, soltando una graciosa y juvenil carcajada. Entonces mi cerebro atrapo una imagen, hasta ahora extraviada, de ella. La había conocido en un antro parecido a este, tiempo atrás, y fue precisamente su risa lo que me impulso a acercarme a ella.

-Claro que sí, Rosalba, ¿cómo te iba a olvidar?- pregunte
-Menos mal, y cuéntame ¿qué haces aquí?-
-Lo mismo que tú, ¿bailamos?-
-Lo siento, estoy con alguien… tal vez otro día-contestó
-¿Con tu novio?... ¿quién es?-pregunte pensando en porque nunca la llamé
-No es mi novio, y mira, parece que se esta divirtiendo-dijo al mismo tiempo que me señalaba a un apuesto hombre de chaqueta negra que bailaba muy apasionadamente con chica de rosa.

Nos miramos ardientemente y en ese momento se escuchó, a pesar de la música ensordecedora, el sonido inconfundible de un balazo.
Me miro con estupor, y luego ambos miramos a la gente correr hacia la salida, tratando de huir del lugar. La tomé de la mano y corrimos junto con la muchedumbre. Pero la salida estaba tan concurrida que al ver un estrecho pasillo lateral a la puerta decidimos buscar otra forma de salir…

El pasillo desembocaba en una habitación lúgubre y fría. Estaba punto de regresar a la puerta principal cuando Rosalba me preguntó:

-¿No prefieres platicar un rato?, hace mucho que no estamos juntos-
Atrajo suavemente mi cabeza y comenzó a besarme. La apreté contra la pared y su cuerpo aplastó el interruptor; la luz nos cegó momentáneamente…
Reímos y continúe besándola, pero escuche un imperceptible suspiro seguido de una sombra fugaz en la pared; un sudor frío recorrió mi frente mientras volteaba apresuradamente…

Un hombre tirado en el suelo y con una gran e irregular mancha de sangre en la playera exhalaba su último suspiro, me arrodillé y vi unas pesadas y sobrias cadenas atadas a sus tobillos junto con una mordaza de tela alrededor de su boca…. sentí un golpe en la cabeza y me desplome sin sentido.


Amanecía y los rayos del sol se filtraban por mi alcoba. Grite de dolor, sentía que la cabeza se me partía en dos y solo después de algunos minutos logré recordar la fiesta de la noche anterior. Vaya fiesta. Decidí dormir un poco más, cerré los ojos y me recosté contra la almohada…
Abrí los ojos de golpe, el rostro se me desencajo y exclame:

-¡OH por Dios!, ¡¿Qué paso anoche?!-

Trate de ordenar mis pensamientos, mientras miles de imágenes se entrecruzaban e invadían mi mente, pero, sobre todo, la nítida imagen de Rosalba al mirar el cadáver: sádica y satisfecha

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