Tomé la navaja que descansaba al lado del cuerpo del chico asesinado y caminé hacía Alejandro, verlo en ese estado hacía que me diesen más ganas de torturarlo…, pero un ruido me distrajo, estaba segura de haber escuchado el leve ronroneo de un motor.
Me acerqué a la ventana y vi como una sombra se diluía en la noche.
Estúpido, pensé, no deberías haber venido.
Capítulo 37 (Metamorfosis Criminal)
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