No sabía que escribir… mis dedos descansaban inmóviles sobre el teclado. Mi vista estaba fija en la pantalla… quizás esperando que las palabras aparecieran solas. No había nada más estúpido.
Empecé a teclear con desesperación, buscando en la furia las palabras que no encontraba, que desaparecían y se escabullían de mis dedos, que se escondían bajo las grutas tétricas e inexploradas paredes de mi inconciente
Di un resoplido de frustración… quizás no debería dedicarme a escribir, todavía estaba a tiempo de dejar esta carrera que no me conducía a ninguna parte, que me sumergiría en un abismo de incógnitas y cifras de palabras que no salían de mí, que se quedaban varadas en mi subconsciente, y me revolcaban de en el dolor y la rabia por la impotencia de que no bullían.
Empecé a teclear con desesperación, buscando en la furia las palabras que no encontraba, que desaparecían y se escabullían de mis dedos, que se escondían bajo las grutas tétricas e inexploradas paredes de mi inconciente
Di un resoplido de frustración… quizás no debería dedicarme a escribir, todavía estaba a tiempo de dejar esta carrera que no me conducía a ninguna parte, que me sumergiría en un abismo de incógnitas y cifras de palabras que no salían de mí, que se quedaban varadas en mi subconsciente, y me revolcaban de en el dolor y la rabia por la impotencia de que no bullían.
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