Ehh... mi información... según esto

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D.F., Mexico
Intentaré ser lo más exacta posible, pero con tan poco espacio no prometo nada, jaja, vean, sólo puedo poner 1200 carácteres, y, escribo tanto, tengo tantas cosas que decirles que simplemente no me caben, jaja Esta bien, les diré que me gusta leer, algo demasiado obviooo, también escribir, jaja, y... me gusta... el helado, aahhh, sobre esto, tengo que decirles que soy un helado de uva karateca, jaja, y además sepó(no hay otra forma de escribirlo) rico, jaja, y también me gusta reirme de todo, comer chocolate, pastel y cantar, bambambam barararararara, y así mientras bailo, jajaja Por último!!! deseo ser vagabunda o trotamundos, jaja, aunque lo segundo suena más bonito, así que me gustaría que me regalaran un bastón negro para cuando ejerza mi profesión o unos tennis-botas con suelas enormes para poder subir montañas y vadear rios, jaja

17/5/08

Fragmento

Me acerqué rápidamente de él y sus gemidos aumentaron, parecía a punto de sufrir un colapso nervioso; cuando estuve casi a sus espaldas se giró y me dirigió otra mirada implorante, haciendo caso omiso de ello lo golpee fuertemente en el vientre, tan fuerte que cayó desplomado en el suelo, la sangre siguió manando de su espalda, pero él ya no parecía prestarle atención. Le daba igual, ya estaba a un paso de la muerte.
Saqué sin piedad la navaja, ya machada de sangre, y giré el cuerpo del chico, hasta tener su cuello expuesto frente a mí.
Parecía a punto de gritar, pero no importaba, el otro hombre que estaba en el hotel vendría aquí directamente, no haría llamadas ni nada buscaría ayuda, sus acciones eran tan predecibles….
Suspiré y acerqué lentamente la navaja su cuello, me gustaba la expresión de su rostro, como sus pupilas seguían la trayectoria de la navaja…, pero recordé que debía darme prisa, Julie estaría muy impaciente por beber sangre, no debía perder tiempo.
Así que con un rápido y fugaz movimiento corté su cuello. La sangre salió despedida hacía mí y me mancho el rostro. Desee lamerla, pero todavía faltaba matar a él otro hombre….
Me incorporé y dirigí una fugaz mirada al cadáver. Hasta en la muerte se veía apático, incapaz de luchar por su vida. Pero la sangre se seguía deslizando por su cuello, manchando su camisa y el suelo, y no pude evitar arrodillarme y beber un poco… solo un poco.
Pero otro grito se escuchó en el edificio. El hombre que faltaba, pensé, me levanté precipitadamente y corrí hacía el lugar de donde provino el grito.


Capítulo 35 (Metamorfosis Criminal)

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