Ehh... mi información... según esto

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D.F., Mexico
Intentaré ser lo más exacta posible, pero con tan poco espacio no prometo nada, jaja, vean, sólo puedo poner 1200 carácteres, y, escribo tanto, tengo tantas cosas que decirles que simplemente no me caben, jaja Esta bien, les diré que me gusta leer, algo demasiado obviooo, también escribir, jaja, y... me gusta... el helado, aahhh, sobre esto, tengo que decirles que soy un helado de uva karateca, jaja, y además sepó(no hay otra forma de escribirlo) rico, jaja, y también me gusta reirme de todo, comer chocolate, pastel y cantar, bambambam barararararara, y así mientras bailo, jajaja Por último!!! deseo ser vagabunda o trotamundos, jaja, aunque lo segundo suena más bonito, así que me gustaría que me regalaran un bastón negro para cuando ejerza mi profesión o unos tennis-botas con suelas enormes para poder subir montañas y vadear rios, jaja

31/8/08

Tratar de combatir el polvo… ¿No es una costumbre estúpida?

Haber, piensa, ¿cuántas veces no te has preguntado lo mismo?, ¿cuántas veces no te has dado cuenta de que no sirve de nada combatir la mugre, la basura, y el pequeño e infinitesimal polvo?, ¿Cuántas?
Porque, si lo ves claro, no sirve de nada, el polvo, esas pequeñas partículas, se filtran por donde sea, se meten por las ventanas, se cuelan por las puertas y nacen en la calle. Es imposible pararlas, detenerlas, siempre aparecen una y otra vez, por más que limpies una y otra vez van a volver a regresar, a esparcirse, a cubrir la superficie de tus muebles, a colocarse debajo de tu cama, a dejar sus poderosos e inmortales componentes debajo de tus cajones, a dejar su mugre en cada resquicio de tu cuarto, es sólo un círculo vicioso, un círculo estúpido, piensa, tú eliminas el polvo de tu casa, lo tiras a la basura, llega a los vertederos… ¿y después?, ¡después regresa a tu casa!, el viento hace que el polvo regresé a la ciudad, ahora más contaminado por haber estado en los desperdicios, y luego llega a tu casa, lo barres y lo tiras en la basura otra vez ¡y es el mismo maldito círculo de nuevo!, ¿no lo ves?
Entonces… ¿para qué combatirlo?, ¿para qué hacerlo si va a regresar?, por más que barras, que sacudas, que limpies, que te revuelques, que te armes con un trapo y una escoba, y por más que grites e intentes acabar con el polvo no vas a lograr controlar su avance, no importa nada de lo que hagas, ni que compres más productos de limpieza, ni fabricar tus propias recetas, siempre existirá una mota de polvo en algún lado, siempre habrá una diminuta molécula de smog llena de bacterias y microbios flotando en el aire, ¡siempre!
Lo mejor es dejar al polvo en paz, ¿y sabes por qué?, por que si no lo tocas, si no lo mueves, si lo dejas en paz, no te hará daño, si haces que flote no se colará por tus fosas nasales y no te causará ninguna alergia ni enfermedad, es mejor dejarlo expandirse, adueñarse de las cosas, hacerse con todos tus muebles y objetos, simplemente dejarlo ser…
¡Hazlo!, hazte amigo del polvo, no intentes destruirlo más, no sirve de nada, sólo continúas con el maldito círculo vicioso, no tiene ningún caso, deja que la anarquía del polvo y la mugre gobiernen tu mundo… déjalo y serás más feliz, tú y el polvo serán uno y ninguno dañará al otro.

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