Ehh... mi información... según esto

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D.F., Mexico
Intentaré ser lo más exacta posible, pero con tan poco espacio no prometo nada, jaja, vean, sólo puedo poner 1200 carácteres, y, escribo tanto, tengo tantas cosas que decirles que simplemente no me caben, jaja Esta bien, les diré que me gusta leer, algo demasiado obviooo, también escribir, jaja, y... me gusta... el helado, aahhh, sobre esto, tengo que decirles que soy un helado de uva karateca, jaja, y además sepó(no hay otra forma de escribirlo) rico, jaja, y también me gusta reirme de todo, comer chocolate, pastel y cantar, bambambam barararararara, y así mientras bailo, jajaja Por último!!! deseo ser vagabunda o trotamundos, jaja, aunque lo segundo suena más bonito, así que me gustaría que me regalaran un bastón negro para cuando ejerza mi profesión o unos tennis-botas con suelas enormes para poder subir montañas y vadear rios, jaja

9/6/08

Demasiadas emociones para un día


Todavía puedo recordar lo que paso cuando colgué el teléfono, el teléfono que no podía colgar, que me rehusaba a colgar…
Después el clic inminente de que se había cortado la comunicación, y luego el sentimiento, el dolor que lentamente me iba deformando el alma… y después la erupción total de la ira, del no entiendo
El golpe que le di a la pared, como me revolqué entre las sábanas mientras bramaba mi incomprensión, soltando puñetazos a golpe y siniestra, mientras las lágrimas se deslizaban por mi cara y el rostro se me deformaba por el terrible dolor…
Luego la voz, mi voz que rompía el silencio del lugar, que acababa con las dudas de lo que acababa de pasar… Mis reproches, mis juramentos, mis maldiciones y mis preguntas sin respuesta, el bramido de la incomprensión más terrible que puede tener el alma, el dolor que se convertía en contracciones de mi estomago, en el revoltijo de mi ser, en los sentimientos encontrados que ni los aullidos más desgarradores podían sacar.
Después la momentánea calma, el morder de la almohada tratando de calmar los estremecimientos que todavía me recorrían el cuerpo.

Me reclinó en el asiento, los ojos me arden, tengo la vista cansada, la mirada triste y lejana, de un modo inconsciente me doy cuenta de que estoy escribiendo, que después del rapto de dolor sigo viva… sigo aquí
No sé como expresarle todo, todo lo que siento… lo mucho que la quiero y la necesito, lo mucho que me duele perderla…
Maldición…
Escribo y escribo y ni de eso me doy cuenta… no me doy cuenta de nada
sólo de la tristeza que me embriaga el alma, del dolor lacerante que siento en el pecho, en el cansancio de mis huesos, en la imposibilidad de saber que sucederá después, si ella verdaderamente se irá… si se irá sin despedirse, sin estar conmigo otra vez…

¡¡No sé!! ¡¡todo es tan injusto!!
¡¿Porqué tuve que conocerla si después se iba a ir?!
¿Por qué tuve que llegar a necesitarla tanto si después me iba a dejar?
¿¿Por qué??



[...] [Horas depués] [...]


Y luego el gozo, el increíble gozo del corazón, del cuerpo, la sonrisa que ilumina el rostro e impulsa tus dedos al saber que ella no se ira, o que al menos no quiere irse, que también te necesita… simplemente el alivio que surge de ti en forma de suspiro y la presión del corazón que deseaba brincar de gozo por lo que acaba de oír… la felicidad más perfecta y pura que una persona puede sentir
La carcajada que atruena, loca y demente y extraña, en la estancia, feliz y dichosa. Las risitas, la felicidad inigualable de que ella no se ira, de que no te dejara…
¡Ah soy tan, tan feliz!
El simple convencimiento del alma de que vale la pena vivir, sonreír, ser feliz…

1 comentario:

Anónimo dijo...

TE AMOO!!
SIMPLEMENTE ¡¡SOMOS!!